24 ene 2009

Goku y las deformaciones espacio-temporales (Parte I)


Y seguimos dándole duro a esto. En realidad no es duro, si no que simplemente el hecho de intentar renovarse o que cada actualización sea mejor que la anterior es algo, no complicado, si no algo reservado a los artistas. La verdad que yo lo hago porque ya le comienzo a ver las orejitas al lobo y bueno, no quiero que me robe mi cesta de la comida. Así que, y aunque no estamos en épocas navideñas, ! Al turrón !

Hoy vamos a hablar de esa mítica serie de la infancia de la cual nunca nos cansábamos. No, no os estoy hablando de Oliver y Benji (hay muchos artículos demostrando cada una de las barbaries de esa serie) si no de Dragon Ball (vale, sé que con la foto os daba un pista determinante, pero que queréis, confío en los despistadillos) y más concretamente de Goku y su nube Kinto.
Todos hemos visto como Goku y Kinto vuelan por toda la Tierra sin que ningún pájaro se tope en su camino, ni un avión, ni que tenga frío al volar a tanta altura, ni siquiera que cuando aterrice le duela la cara por el simple rozamiento del aire. Porque recordemos que Goku no viaja a velocidades normales, no no, viaja a a velocidades superiores a las del sonido, pero eso lo cuento más adelante. Por si no habéis visto a estos dos personajes en acción,aquí os dejo un video.

Lo que yo os quiero hablar ahora es de la nube concretamente. Vamos a verlo desde un punto de vista dinámico, es decir, como un problema de fuerzas. No voy a tratar como hace para que se mueve ni nada por el estilo, simplemente, trato el hecho de que la nube, estando a unos pocos centímetros del suelo, permanece en equilibrio, y cuando Goku se monta encima de ella, Kinto no se inmuta lo más mínimo. Es decir, sigue en esa posición de equilibrio, algo que va en contra de la física, ya que si un cuerpo esta en su posición de equilibrio, y actúa cualquier fuerza o agente exterior que lo altere, el cuerpo deja de estar en su posición de equilibrio. Como ocurre por ejemplo con los péndulos. Si sobre la bolita no actúa ninguna fuerza externa, la bola se queda quieta en su posición de equilibrio, ahora basta que la toquemos para que comience a oscilar. Obviamente, por acción de la fuerza de rozamiento con el aire, la bola se detiene pasado un tiempo, pero si no llega a ser por esta fuerza, la bola haría ese movimiento permanentemente. Cuando transcurre un tiempo t, la bola vuelve a su posición de equilibrio.
Volvamos al tema de Goku y Kinto; para que la nube flote en el aire con el peso de Goku, lo que tiene que ocurrir es que el peso de la nube más el de Goku tiene que ser igual a el empuje aerostático, basado en el principio de Arquímedes (si si, ese que todo el mundo sabe decir de carrerilla pero en realidad no sabe lo que quiere decir) que dice que un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido estático, será empujado con una fuerza igual al peso del volumen de fluido desplazado por dicho objeto. En este caso el “fluido” que tenemos, es el aire. A la derecha tenéis la representación del equilibrio.



Vayamos ahora al desarrollo de papel y lápiz:

Sabiendo que la densidad es el cociente entre la masa y el volumen y quitando las g de cada lado tenemos que:
Ahora ya los problemas que se nos plantean son fáciles de resolver si tenemos un poco de imaginación. Para calcular el volumen de la nube y el de Goku, voy a suponer que ambos son dos paralelepípedos, cuyo volumen entonces es: V=AxBxC


Entonces, viendo un par de capítulos de Dragon Ball (y si, también me apetecía ver algún capítulo de ellos) puedo decir que la nube mide 0,5 x 0,5 x 0,25 es decir, Vnube=0,0625 m^3 (metros cúbicos). La suposición de Goku es un paralelepípedo no esta nada mal, ya que el tio está cuadrado. Sus medias son (de mayor) 1,7 x 0,4 x 0,25 es decir: V (Goku)=0,170 m^3.

Ahora que tenemos todos estos datos, no tenemos nada más que despejar todos los datos que tenemos en la ecuación despejada (densidad del aire= 1,3 kg/m^3). Se me olvidaba comentar que el volumen desalojado es la suma del volumen de Goku y la nube, es decir: V (desalojado)=0,3225 m^3

Si si, como lo estáis leyendo. Una densidad negativa. Los científicos de ahora buscando materia exótica, por todo el universo,y resulta que Goku tiene unos 62,5 litros de materia exótica. ¿Qué que nos permitiría tener materia exótica?Básicamente viajar por el espacio de una manera nada habitual: deformando el espacio-tiempo básicamente . Como esto es algo que me supera, os dejo un par de páginas donde hablan sobre este fenómeno, que aunque no sepas nada de física, te queda más o menos claro. Lo de creértelo esta en tu mano pero la información es la que es.

- Métrica de Alcubierre

- Búrbuja warp

- Viajes a velocidades warp

Como la gente me dice que mis entradas se hacen pesados por su extensión, voy a cortar aquí, y otro día os pongo la continuación.


La bibliografía está a modo de enlaces.

20 ene 2009

La vida del más acá

En esta asignatura, a parte de tener que hacer estas entradas también tuvimos que hacer un pequeño relato (bueno,el mío es pequeño) de ciencia ficción. Mi cabeza elucubradora sólo dió para esto asi que aquí os la dejo.

LA VIDA DEL MÁS ACÁ


A Maic Allen no le gustaba que le controlasen ni que le observasen. Debe de ser por eso que nunca nadie lo había visto. Eran muchos los que se habían esforzado en tratar de averiguar cómo era, pero nadie lo había conseguido. En lo único que estaban de acuerdo los investigadores era en que no podían saber cómo era. Simplemente lanzaban teorías sobre cómo se comportaba. Maic aborrecía eso: - ¿Tan difícil es que me dejen en paz?- se preguntaba una y otra vez. No había hecho nada malo, sólo se limitaba a viajar. Tenía todo el espacio para él sólo, y todavía no había salido de aquel incierto lugar. Pero que todo el mundo quisiese conocerlo no quiere decir que Maic fuera el único de su especie. Había muchos más, Maic no vivía sólo.

El compañero de Maic era su hermano gemelo, Steve Allen y era el único que lo conocía, porque vivían en el mismo piso. Es cierto que Maic y Allen vivían en una casa, pero eso les recordaba que estaban sólo los dos y preferían seguir llamándolo piso. Aunque eso era lo que quería todo el mundo, vivir en pareja en una casa, y lo que tantas disputas creaba entre los habitantes de ese lugar. Era como una lucha de clases; todos querían ocupar el mejor estatus social pero, al contrario de lo que podríamos imaginar, ellos ansiaban ser los parias, los intocables. Su sociedad se encontraba jerarquizada y cada uno de ellos tenía una misión que cumplir. - Si estamos aquí será por algo - se decían una y otra vez cuando se encontraban con los demás. Les envidiaban. Mientras Maic y Steve vivían en un piso único, todos los demás tenían que compartirlo. O no llegaban al mismo nivel de vida que los Allen. Sólo unos pocos, los primeros, puesto que solo había dos plazas, llegaban a adquirir la misma posición social que ellos.

Pero no les parecía tan ventajoso eso de estar los dos solos. Si, tenían la comodidad de que nadie les molestaba, eran inaccesibles, pero se hartaban de ser siempre dos y sólo poder jugar al pilla-pilla. Se cansaban de correr uno detrás del otro. Eso era una cosa que a Steve le parecía bastante estúpida: tenía que jugar a un ridículo juego en el que él corría detrás de su hermano para pillarle. Un entretenimiento en el que era imposible ganar y por eso tuvieron que establecer turnos para ver a quién le tocaba perseguir y a quién correr.

También les aburría que todos los edificios fuesen exactamente iguales: todos de la misma altura y con el mismo tipo de inquilinos. Pero nadie quería vivir con ellos, y no porque fuesen diferentes, ¡ni muchísimo menos!: Todos eran físicamente iguales, a pesar de lo cual eran capaces de distinguirse unos de otros perfectamente, ¡y eso que se trataba de una población de 527116709366231425076185631031296 habitantes! (O, al menos, eso decían los que le investigaban) La capacidad que tenían para distinguirse radicaba en el hecho de que cada uno de ellos ocupaba una posición social distinta. Esto a Maic le reventaba: No podía entender porqué si eran tan parecidos, realmente idénticos, era necesario que existiesen esas diferencias; diferencias que provocaban miradas llenas de envidia. ¿Qué lógica podía tener el establecer esas discriminaciones sociales? Maic sólo quería salir de aquel sitio y huir de todo aquello.

Un buen día, como si alguna divinidad hubiese escuchado su pensamiento, Maic consiguió escapar de aquel lugar: estaba persiguiendo a su hermano cuando, de repente, como si una enorme ola les pillase de improvisto en el mar, Maic fue arrastrado lejos de su casa. En un primer momento no fue consciente de lo que le había sucedido; aunque sí supo rápidamente que por fin era libre.
Por una parte se alegró por haber dejado aquel lugar en el que se sentía prisionero, pero no todo resultó bien. La ola no llegó a impactar contra Steve. Mientras Maic cogía velocidad, pensaba continuamente en lo sólo que estaría su hermano. Lo que él no sabía era que su compañero de piso ya no vivía sólo. Una asociación le había acogido, facilitándole, no sólo un compañero, sino un piso más grande y más ocupado. Los Allen se habían separado por primera vez en toda su vida, pero ambos eran felices.

Pero después de haber estado anhelando durante tanto tiempo su libertad, al verse libre por fin, Maic se encontró algo perdido, y es que, en realidad, había pensado como librarse de esas cadenas, pero no en que haría cuando no las tuviera.
¡Maic se armó de valor!: decidió que iba salir al mundo y que iba a descubrir cada rincón del universo. Sabía que todo le iba a resultar desconocido; no sabía por dónde empezar, pero ya había perdido el miedo, aunque todo aquello fuese nuevo para él. Por el momento se pondría a correr; correría hasta cansarse, pero no quería permanecer parado ni un instante más mientras tuviera tantas cosas por descubrir; y al fin y al cabo le sobraba energía, podía correr muchísimo hasta necesitar volver a parar.

Y lo que descubrió fue algo asombroso para él. Cada segundo que pasaba, visitaba un lugar nuevo, veía a los amigos que no veía desde el principio de los tiempos. Pero Maic tenía que seguir corriendo. Sentía la suave brisa del viento acariciarle la cara, pero no podía detenerse. Quería saber más y más y más... Tanto que se interesaba por todo lo que nunca había visto, como si de un niño se tratase. Todo le parecía sorprendente e intentaba indagar en todo lo que no conocía. Ese fue su gran error, el exceso de curiosidad.

Entró en un lugar que le llamó especialmente la atención por la cantidad de luces y de gente que había. Era como un parque de atracciones. Pero este parecía mejor que todos los anteriores: la gente se colocaba en posición y salían disparados a unas velocidades tremebundas. Quería probar esa sensación. Se puso en la línea imaginaria que formaban los demás participantes de la carrera y espero a oír el pistoletazo de salida. Nunca había sentido nada semejante. Su cuerpo desprendía algo que nunca había visto. Pero no todo acabó ahí. Poco a poco iba viendo como se alzaba ante sus narices un muro metálico insalvable. No le daba tiempo a frenar. Fue en ese momento, y sólo en ese momento cuando le pasó toda su vida por delante de sus ojos: se acordó de lo aburrido que era el átomo de Helio dónde vivía, de su estabilidad energética, de su poca afinidad con los demás, sólo con su hermano Steve, compañero de habitación del orbital s, y el único habitado. Recordó el rayo ultravioleta que le sacó de su incierto destino y cómo vagó por el mundo. Sólo, desnudo y sin rumbo, visitó lugares: vio como compañeros suyos estaban en los cables de la electricidad, echando carreras. Pero el no podía meterse en esos lugares, ¡no! Tenía que haberse metido en un tubo de rayos X, emitiendo radiación electromagnética hasta que impactó contra aquella muralla de metal y pasar a ser, un píxel en una radiografía…..

Así es la vida de los electrones, o al menos, la de los Allen.